El rey Alfonso VIII, tras la conquista de Cuenca en 1177, comenzó a repoblar la Sierra, y en su camino a Salamanca, ya toma contacto con el pequeño pueblo de Segura. El Obispo de Avila obtuvo del Papa Urbano en 1187 el reconocimiento de sus derechos sobre Segura.

Pertenecieron al Temple, Segura, Hervás, Jarandilla y Monfragüe desde 1171 a 1173.

El año de 1310, por mandato del pontífice Clemente V, fue llamado el obispo de Plasencia don Domingo y los demás obispos sufragáneos del arzobispado de Santiago, a la ciudad de Salamanca, para celebrar concilio provincial en dicha ciudad. El motivo de este concilio fue que mandó el pontífice romano a los congregados en él, prendiesen a todos los religiosos templarios e hiciesen inquisición, por haber sido acusados ante Su Santidad de sospechosos en algunos artículos de fe.

Se mandó a prisión a don frey Rodrigo Yáñez, maestre del Temple en los reinos de Castilla y León, con los demás hermanos de su orden. Se vieron todos los cargos que se les imputaban y el arzobispo de Santiago, como presidente, en su razonamiento ante el pueblo y la clerecía, dijo que no hallaban culpados a los religiosos allí presentes, sino muy buenos y de virtud probada. Lo que declaraban en Dios y sus conciencias. Pero esto no impidió que, a pocos meses, el pontífice los suprimiera y sus bienes fueron dados a los caballeros, en España, de San Juan y otras órdenes y algunas iglesias catedrales.

Cierto es que el rey Felipe de Francia se quedó con la mayor parte de las haciendas que en sus dominios tenían. Y él fue el motor de su extinción, sin más causa que por tener de dónde gastar, pues ya no tenía de qué echar mano, por su disipación.

Esto nos hace deducir que a cada catedral asignasen los bienes de los templarios que se hallaban dentro de su jurisdicción. Como Segura pertenecía a la diócesis placentina, fue entregada al obispo de Plasencia. Los templarios habían quitado a Plasencia por fuerza de armas a Segura y a Hervás, próximos a la Vía de la Plata, de cuyo tránsito ellos se beneficiaban en el puente de Alconétar. Cuando pontífice Clemente V suprimó a los templarios, el obispo placentino don Domingo se hizo cargo de Segura, ésta tenía un buen castillo, don Domingo lo ocupó con sus mesnadas y puso al frente un castellano, que le hizo juramento y pleito homenaje el 6 de Abril de 1321.

Luego, siendo ya hombre de muchos días, quiso que , a su muerte, Segura tornara a su dueño: el concejo de Plasencia. Enrique II concede a don García Alvarez de Toledo en 1369 los lugares de Jarandilla y Tornavacas, logrando así su aspiración de poseer señoríos en la Tierra de Plasencia pues no retuvo el de Segura que Pedro I le había dado en 1358.

Autor : Matias Simón Villares.

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