Valle del Ambroz. Cáceres. 

27 de Octubre de 2006

Llueve, llueve y cómo ha llovido, amigos del valle encantado. Las cancheras rezuman humedad por todos sus poros, los musgos se enaltecen como el verde mayo, los regatos  enloquecen de bravura, los castaños gotean sus frutos, los robles se preparan para la desnudez invernal, el ganado otoñea en nuestra sierra y el valle se pinta de variados y hermosos colores.

El día 27 de octubre de 2006, a las 12,00 horas, se presentaba la novena edición de nuestro Otoño Mágico en la bella localidad de Casas del Monte.  Las gentes de DIVA   han tenido la delicadeza, como siempre, de invitarme al acto. Salgo de Cáceres tempranito, hago un amago de coger la autovía, pero no, prefiero las curvas del Tajo, no tengo prisa, despacito, me templo con el agua del pantano a mi izquierda. La torre de Floripe se va  ahogando  en el agua y los gritos de la princesa mora se van quedando mudos.  El puente de Alconetar continua llorando su  traslado. Miro con nostalgia al que fuera restaurante Mira-al-Tajo, su dueño,  Gregorio, el hombre tranquilo, como yo le apodaba, se lo ha vendido a unos holandeses y lo están  reformando.

En Cañaveral, ya no tengo más remedio, cojo la autovía. La gente está loca de contenta con el último tramo realizado,  se han quitado el sufrimiento de las curvas del Tajo, dicen. Incluso , amigos míos, después de inagurarse hicieron el tramo Cáceres-Cañaveral.. ¡ qué  gozada ¡ , me  comentan. Al día siguiente , algunos vecinos de nuestro valle encantado también bajaron – para probarla – hasta Cáceres. Por tanto, mis felicitaciones a todos los que han participado en la construcción de este tramo de autovía. 

Así las cosas, ya estoy en el cruce de Casas de Monte, lo cojo despacito, a mi derecha, y aprovecho para solicitar una rotonda para así aliviar la entrada de Zarza y la de las Casas, evitando que no se produzcan más accidentes. Me paro  en la estación del tren, miro con nostalgia la vía abandonada y , amigos del valle encantado, no se lo digáis a nadie, pero, resulta que me han dicho, me han soplado, desde Mérida, en menos de un año, con un presupuesto en torno a los cinco mil millones de las antiguas pesetas, podréis coger el tren  en cualquiera  de las estaciones de Oliva, Jarilla, Casas de Monte, Aldeanueva, Hervás o Baños …. ¡ hay amigos, es una  broma,  pero es tan fácil soñar!

Lo que no es un sueño, pero sí una realidad, es la presencia   de  Iluminado y su empresa junto a la estación abandonada. Me paro a charlar un rato con él ; hombre madrugador, ingeniero, inteligente, trabajador incansable, tranquilo, buen conversador, apasionado de su pueblo, de su paisaje y de sus gentes… te lo digo yo, Lumi, te mereces el mejor de los reconocimientos por haber tenido el valor de quedarte y crear empleo y riqueza en nuestro valle encantado. Veo que has contratado a Diego,  éste si que es otro fetiche de nuestro valle; agricultor incansable, hombre del surco, apretado contra la tierra, y si hay alguien que entienda el cultivo  de las fresas  y las haya trabajado hasta el límite de los límites… éste es nuestro hombre. Y es que a la gente  sencilla y trabajadora hay que nombrarla y reconocerla… ellos son los que mantienen vivo a nuestro valle. Por  cierto, Lumi, ahora  que  no nos escucha nadie, tienes que dejar de fumar. Hecho un rato con David, siempre espera  que  le cuente algo de su pueblo, le digo  que cuando la tropas de Napoleón saquearon e incendiaron Casas del Monte, los pocos vecinos que  pudieron  escapar y huir al monte, se refugiaron bajo  un  enorme castaño y colgaron de sus ramas los pocos enseres que tenían, de ahí el nombre del Castaño de la Escarpia.

Dejo el coche a la entrada del pueblo, frente al bar La Amistad, sus dueños ,  son un matrimonio joven , con ilusión y grandes trabajadores, él es primo de Marcelino, el quinto mío de Segura. La morcilla de sangre es la especialidad de la casa y el remate es el macho cabrío que todos los años matan el día 1 de Septiembre, día de la feria de ganado, y bien lo dice el refrán: “ come carne de cabra vieja y te harás fuerte como los robles de la sierra

Subo por la calle de en medio, muy empinada, saludo a Pili, la peluquera, prima de mi mujer, dejo a un lado la Iglesia y recuerdo a Don Hipólito, el Sacerdote de toda la vida, ya jubilado, temperamental, muy culto y artífice de la vuelta del Cristo y la Virgen románica, después de más de cuarenta años en Plasencia, a la parroquia de Segura… un abrazo; se me viene a la cabeza Don Alfonso, el médico de cuando yo era pequeño.. aquellas inyecciones, lo que dolían;  otra cuesta y alcanzo la hermosa plaza de Los Morales ; saludo a mi gran amigo Chema Corrales, Director General de Promoción Cultural en la Junta,  se lo presento a Don Pedro, Director de las Escuelas, hay que aprovechar la oportunidad y le plantea la necesidad de agrupar las dos escuelas de niños en un solo edificio, amplio y moderno; Chema le escucha con atención y quedan para estudiar el proyecto.

Las gentes de DIVA: Diego, Juan Carlos, Yolanda y Carolina, ahora en prácticas, lo tienen todo preparado; el micrófono en su sitio, las sillas perfectamente alineadas, los carteles  con las actividades programadas,–qué hermosos han quedado y lo bien cuidada que está la presentación–  me comentan mis amigos en Cáceres –

El Sr. Alcalde, Juanjo, y los Srs. Concejales nos dan la bienvenida. El Presidente de DIVA,  Don Enrique Ribes, nos anima a que participemos en todas las actividades programadas. El Sr. Iniesta, Consejero de Desarrollo Rural, nos dice que contamos con un entorno privilegiado y mágico para que se puedan instalar nuevas empresas en el valle; por cierto damos la bienvenida a cuatro empresas  nacidas en Segura, dos de restauración: El Casillón, de Alfonso, mi hermano, y Carolina, con su impresionante chimenea y la degustación de ricas carnes a la brasa , y La Taberna de Lalo, de Angel y  Segun , con su buena carta para comer y buenos vinos para degustar. Lalo, el Ruiseñor de Segura, un joven amante del pueblo y de todas sus tradiciones, está loco de contento porque se ha venido a vivir a la sierra; y otras dos del ramo de la construcción : la de José, con Santi de peón, y la de Pedro, con Eduardo de ayudante. También nos alegramos el que se hayan venido a vivir al pueblo, dejando la bulliciosa Madrid, los hermanos Nieves y Paulino , con sus hijos y respectivas parejas, y es que Segura está creciendo.  Suena la guitarra clásica, el día está nublado, cierro los ojos, disfruto en esta plaza, Los Morales, testigo de tantos bailes agarraos, de aquellas  rumbas, de aquellos maravillosos pasodobles y de tantos amores Casareños. Vaya mi reconocimiento para esos músicos de Casas del Monte, los de toda la vida… Felipe, Fautino, Severino….y cómo no, Ernesto, el de Abadía; aquella rumba…/ cuando salga la Luna—cuando salga voy a verte—no te quiero ver a oscuras—ni quiero luz para quererte /.., es una delicia escuchar “ el saxofón de Felipe y los teclados de Ernesto “ , allí en la plaza de Segura, en las fiestas de San Juan, en torno al Toro de piedra.

Es la hora del aperitivo, y vaya aperitivo que nos tenía preparado  La Asociación de Mujeres del pueblo…esas patatas volteas, esa caldereta, esos dulces.., mi reconocimiento a estas mujeres, siempre tan trabajadoras, tan madrugadoras, sobre todo ahora que andan con el verdeo de las aceitunas, después vendrán las cerezas, las fresas, las ciruelas… un olé por las mujeres Casareñas. Buena instalación la de la Casa de la Cultura, donde tomamos el aperitivo; saludo al Tío Luna, me pregunta por mi madre,  y me habla de mi padre, el poeta, y los buenos ratos pasados en aquellos días de siega, él, en los praos de Los Chozones, nosotros, al lado, en los praos de La Granja; se emociona recordando cuando el tren subía , a la una del mediodía,  era la señal de parar a comer, todos del mismo puchero, allí,  debajo de los fresnos, con la mareita acariciándote la cara, el olor del heno y la almial, a medio hacer, esperando terminarla, con el cruce de las caponas; después de comer … la siesta y a ponerse cuando el tren , el correo, bajaba a las cuatro, no hacía falta reloj . Amigos del valle encantado.. ya no vuelven aquellos días de siega, de peonas , de silencios en la madrugada, del trabajo con la fresca en torno a la pelastra, los jorros, la collera en el cuello de la jaca, tirando con las dos sogas, las pellas, el horcón y la satisfacción cuando se cerraba la almial.. ¡Venga el heno, venga heno al palo, que viene lloviendo ¡ con el cruce de las caponas. Un recuerdo para los segadores y los que recogían el heno en Segura… Generoso y su hermano Elías, José, Manolo, Julián, Vicente, Moreno, Berto, Santos, Manoli, José el Cartero, José el Rusco, Ramón, Cipriano, Pedro, Gusti, Chenchi y su madre, tía Emilia…. tan trabajadores, tío Jesús,… qué bien remataba la almial del prao Coino, la de los Lotes y la del prao de la Solana y con que paciencia y perfección, como un reloj, realizaba todas las faenas del campo, y aquel caballo colorao….¡ Jacooooo! y luego aquel burro que dormía en la casilla del Castillo, los jaces de maiz para la cena, cierto día me dijo que en el campo todo discurría lentamente, y que razón tenía; tío Vito, Angelillo y Maxi, Nilo y Alejandro, Julio, José, Agapito, Alfonso, Jalique, Dado, Mati, Daniel, Marcelino, Joselín, Juan Manuel y su hijo, David, Paulino, tío Paco, con su  gorra y el cigarro eterno  en los praos de la Colá, tío Pepe, Chencho… incansable. Este año , el de 2006, solamente  un almial se ha hecho en Segura, en el prao de la Solana, la de mi primo Vito, un nostálgico y un valiente, y menos mal que le segó el prao José, ya anocheciendo, y es que ahora lo cómodo son las alpacas y la camperina; a su hijo Míchel, un poeta… le digo que estudie, que la cultura hace más libres a los hombres.

El Alcalde y los Concejales insisten en que nos quedemos a comer y nos dirigimos hacia uno de los enclaves más hermosos de toda Extremadura… El Albergue, antigua fábrica de papel acondicionada por los obreros del pueblo para el turismo rural;  La garganta baja poderosa, bella, brava y cristalina; el Sr.Iniesta, el Consejero, se queda con la boca abierta contemplando aquel maravilloso paisaje, nos insinúa, apoyado en la barandilla de la piscina natural,  que quiere llevarse el agua de la garganta , en el mes de Agosto, a Valencia de Alcántara, su pueblo. En la mesa todos disfrutamos; buena conversación con Dioni, el Alcalde de Aldeanueva, hablando de Martín Batuecas, el Alcalde que se enfrentó a los Franceses, de Sánchez Recio, el médico humanista, del periódico El Agricultor ( 1907-1908), el pimentón, la Maside.., buena gente los Aldeanovenses. El Sr. Consejero es hombre observador, buen intelectual, recordamos a personajes de la cultura extremeña vinculados con Valencia de Alcántara : Pedro de Lorenzo, Hernández Gil, Matías Simón, padre, Valeriano Gutiérrez, Joaquín García Plata y sus famosas quintillas dedicadas al pueblo fronterizo.

Don Pedro, el Director de las Escuelas , a mi lado, me habla de los cientos de alumnos que han pasado por sus manos; tarea importantísima la suya y que, aún siendo del Casar de Cáceres, se emociona hablando de Casas del Monte, de sus gentes, de su esposa, de sus amigos, de sus alumnos… sólo la cultura y los niños pueden salvar al mundo, le digo.

Brindamos, levantamos la copa por el pasado , el presente y el futuro de nuestro valle encantado; recito alguno de  los versos del himno que he compuesto al Valle del Ambroz: / Quisiera darte la bienvenida, al lugar de los lugares/ aquí estoy en Extremadura/ en el Ambroz, en mi Valle/ Quisiera ofrecerte mi historia, mis bosques, mis gentes y mis piedras/ Aquí están los pueblos del Valle, del Valle del Ambroz/ Casas del Monte, Segura/ Gargantilla y Aldeanueva/ La Garganta, Hervás, Abadía y Baños de Montemayor /  Aquí están los pueblos del Valle, del Valle del Ambroz.

Alguna lágrima que otra se derrama en este bello rincón de Extremadura…. Casas del Monte. GRACIAS.

Matías Simón Villares.

Multiplicador de ilusiones.